"Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres" (Flp 4,4). No se puede ordenar la alegría. Sólo se la puede dar. El Señor resucitado nos da la alegría: la verdadera vida. Estamos ya cobijados para siempre en el amor de Aquel a quien ha sido dado todo poder en el cielo y sobre la tierra"
B XVI, Homilía Vigilia Pascual
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