Tras la publicación en el BOE de los currículos de la asignatura de Religión Católica para la LOMCE, se ha suscitado una atención mediática inusitada, ofreciéndose en la mayor parte de las ocasiones análisis muy limitados y apelando a tópicos clásicos contra la asignatura de Religión en la escuela.
He seleccionado cuatro artículos que ofrecen un análisis muy distinto al que ha dominado en los medios de comunicación estas fechas y que pueden ayudar a situar la cuestión con una mayor sensatez y profundidad.
Entrevista a Carlos Esteban en Religión Digital
“Este currículo responde a un esfuerzo teológico y pedagógico que hay que valorar muy positivamente”
Opinión de Francesc Riu en La Vanguardia
“Eso que dicen de que se obliga a orar va justamente en contra la voluntad de este nuevo currículo, donde se afirma taxativamente que no tiene nada que ver con la catequesis. Y además esto rompe radicalmente con los currículos anteriores”
Artículo de Antonio Amate: “Sí a la asignatura de religión en la escuela”
“Cada asignatura tiene un vocabulario que le es propio, su propia etimología. Nadie se escandaliza si en una clase de arte se habla de arcos, dinteles, o girolas. ¿Pero ocurre lo mismo si se utilizan términos como resurrección, milagro, biblia o Jesucristo en la asignatura de religión?”
Audio de la cadena COPE: José Miguel García, director del secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la CEE
“La dimensión religiosa es un elemento de la humanidad, y además fundamental para que no pueda ser reducida la persona a la pura materialidad y por lo tanto a la pura manipulación por parte del poder. La dignidad y la libertad que el hombre tiene, la alcanza claramente una posición religiosa en una conciencia de su propia dignidad, a la relación con el misterio se exprese como se exprese”