Ante la enésima polémica despertada por las declaraciones de una personalidad política en torno a la enseñanza de la religión en la escuela (Intervención de Dª Isabel Celaá en el Congreso de Escuelas Católicas), creo que es necesario poner el foco en las cuestiones de fondo que están en juego. Y una de esas cuestiones es que se trata de la LIBERTAD: la libertad de poder entender que la persona está abierta a la trascendencia, que se hace preguntas y busca respuestas. Y si la educación está al servicio de la formación integral de la persona, ¿es educativo dejar fuera de la escuela la pregunta por el sentido y las posibles respuestas, respetando las distintas convicciones de cada uno?
En este sentido, recomiendo la lectura del artículo en PastoralSJ de José María Rodríguez Olaizola, sj: “La libertad para buscar respuestas”. Entresaco este párrafo:
La religión es mucho más que el estado de las creencias en un determinado momento. La dimensión religiosa del ser humano, su apertura a la trascendencia, su pregunta por la vida y la muerte, la búsqueda de sentido, los límites del conocimiento, la cuestión del tiempo, la eternidad, el origen (o la creación)… y la existencia de distintas respuestas (también religiosas) para estas cuestiones, todo eso no es sin más un cuento primitivo ya sobrepasado por la ciencia. Aunque mucha gente lo ve así.