ACTUALIZACIÓN (6-07-2009). Información en ABC.es
El Papa corrige el error periodístico sobre el autorretrato de Miguel Ángel
JUAN VICENTE BOO | CORRESPONSAL ROMA. Corrigiendo el error de buena parte de la prensa europea, que siguió confiadamente a “The Times” en la difusión de una noticia equivocada de "La Repubblica", Benedicto XVI clarificó que el autorretrato de Miguel Ángel en su última obra pictórica es precisamente el rostro de San Pablo – como informó el jueves ABC.es- y no el “hombre del turbante azul”.
La Capilla Paulina, cuya reapertura al culto presidió el Papa el sábado, conserva los dos últimos frescos monumentales de Miguel Ángel, realizados cuando superaba ya los setenta años y en los que dio las ultimas pinceladas de su vida, concretamente en “La Crucifixión de San Pedro”. Justo enfrente, “La Conversión de San Pablo” refleja el momento de la caída del perseguidor de cristianos bajo el impacto de una luz cegadora.
Benedicto XVI invitó a “contemplar a Pablo. ¿Por qué lo representa con un rostro tan anciano? Sabemos, y lo sabía bien Miguel Ángel, que la llamada de Saulo en el camino de Damasco tuvo lugar cuando tenía unos treinta años”. El motivo, según el Papa, “es que el artista nos introduce en un nivel más profundo. El rostro de Saulo-Pablo, que es el del mismo artista ya anciano, inquieto y en busca de la luz de la verdad, representa al ser humano, necesitado de una luz superior, la luz de la gracia divina, indispensable para adquirir una visión nueva”.
Aunque el “hombre del turbante azul”, un personaje secundario, recuerda a Michelangelo Buonarroti, lo espectacular de los dos grandes frescos a ambos lados de la Capilla Paulina, es que se centran en los rostros de los dos Apóstoles. Pedro es un desconocido, pero Pablo es claramente Miguel Ángel anciano, con los ojos cerrados y un gesto de dolor como tantos que sufrió por los problemas para completar la Capilla Paulina.
Su última empresa como pintor duró nueve años, pues era ya anciano y trabajaba al mismo tiempo en otros encargos, incluido el de la cúpula de San Pedro. Para colmo, el techo de la capilla se desplomó, y el retraso en arreglarlo hizo que las lluvias echaran por tierra parte de su esfuerzo inicial. El rostro de San Pablo refleja el dolor de Miguel Ángel.
En esta misma línea, otro artículo en Zenit.
El 2 de Julio nos hicimos eco de esta otra noticia:
EFE | Roma. – Un nuevo autorretrato del genio del Renacimiento Miguel Ángel Buonarroti ha sido descubierto en la recién restaurada Capilla Paulina en el Vaticano, lo que ha despertado el interés de críticos y estudiosos del maestro renacentista, según informa el diario ‘La Repubblica’.
Según el jefe de los restauradores de los Museos Vaticanos, Maurizio De Luca, en uno de los dos frescos de la capilla, el de la Crucifixión de San Pedro, aparece un "autoritario" Miguel Ángel con turbante azul como uno de los tres romanos que acompañan la crucifixión, a la izquierda de la escena.
De la misma opinión es el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, quien precisa que "la restauración se ha hecho de forma excelente, el resto son opiniones, lo digo con toda sinceridad, el caballero con el turbante me parece que es Miguel Ángel aunque más joven porque en aquella época tenía 70 años".
Al parecer de los expertos de los Museos Vaticanos se han sumado otros estudiosos del arte y del genio renacentista, entre ellos su biógrafo y restaurador, Antonio Forcellino, quien habla de una "restauración maravillosa que ha devuelto el esplendor original a la Capilla Paulina".
Sobre el autorretrato dice que "forma parte de la tradición de Miguel Ángel" y que "en este caso aparece de modo evidente el tormento que caracterizaba el ánimo del artista, como en cada personaje y en su obra".
En cuanto al turbante con el que aparece tocado, dice que "acostumbraba a protegerse del polvo con un turbante blanco cuando trabajaba", y el hecho de que se muestre a lomos de un caballo es normal porque "a Miguel Ángel le placía cabalgar".
Para la experta Cristina Acidini, del Polo Museale Romano, el rostro de Miguel Ángel se parece mucho al famoso retrato del genio pintado por Daniele da Volterra en 1541 y agrega que "su expresión es de sufrimiento, triste, tensa, como si comprendiese la injusticia que se estaba llevando a cabo" al crucificar a San Pedro boca abajo.
Fuente | El Mundo